Promesas de Dios para ti #1

Las promesas de Dios son maravillosas y están respaldadas por el Dios omnipotente, el Dios misericordioso, el Dios de amor, omnisciente, omnipresente y eternamente fiel. El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob,el Dios de Israel, el que hace Grandes maravillas, el que abre y ninguno cierra y cierra y ninguno abre; el Dios que no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta ( Números 23:19). El es digno de toda nuestra confianza y le ofendemos cuando no creemos sus palabras. Para todo hijo de Dios, nacido de nuevo y rescatado por la sangre de Cristo, las promesas de Dios son una fuente de riqueza, poder y vida. Es por ello que a partir de hoy compartiremos con ustedes las preciosas y grandísimas promesas ( 2Pedro 1:4) de nuestro maravilloso Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, confiados en que sean estas, una fuente de fortaleza y bendición para todo aquel que las lea y crea de todo corazón a aquel que las dio. 

Como todas las promesas de Dios, para obtenerlas y disfrutarlas, estas, están condicionadas y alrededor de cada una, siempre encontraremos lo que él nos pide, para que sean una bendita realidad en cada uno. A continuación la primera de muchas que empezaremos a meditar.

PROMESA
" Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar. Sobre ti fijaré mis ojos"  (Salmo 32:8)

Dios me dice: "Te haré entender... Te enseñaré". El tomará tiempo, se acercará a mi, se dedicará, hará lo necesario para que abra los ojos y pueda ver con claridad lo que me dice. Su paciencia y misericordia son maravillosas, pues se ocupará de mi vida, será propicio a mi y me demostrará su amor al tomarse el trabajo de hacerme entender. 

CONDICIONES
Confesión. salmo 32:5 " mi pecado te declaré".  El resultado de esto es: Perdón, expiación, justificación. Salmo 32:1-2

Oración. Salmo 32:6 " Por esto orará a ti todo Santo". El resultado de esto es: Intimidad, comunión, protección, libertad. Salmo 32: 6-7

Confianza: Salmo 32: 10 " Mas al que espera en Jehová ". El resultado de esto es: abundante misericordia, alegría y gozo, labios que cantan y alaban su nombre.

Si en nuestro diario vivir como hijos de Dios, practicamos la confesión, comunión y el esperar con confianza en EL, sin apresuramientos y con entera dependencia, anhelando de corazón hacer solo su voluntad, El nos mostrará el camino en que debemos andar y su nombre será glorificado; y si su nombre es glorificado, nuestra vida sera muy bendecida con su presencia.

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